Índice de contenido
La recta final
Empieza el mes de junio de 2018 y asistimos al principio del fin de las campañas electorales. A muchas personas les parecerá una larga espera hasta el 1º de julio para concretar en las urnas lo que ya se fraguó en su mente de votantes; a muchas otras, les parecerá un tiempo escaso para la discusión, la evaluación y la decisión sobre personas y proyectos políticos. El tiempo se vive conforme a una medida subjetiva y en esta ocasión no será de otro modo.
Pero lo cierto es que en junio se dispondrá de prácticamente 4 semanas para finiquitar las campañas. Un necesario silencio electoral nos asistirá entre el 28 de junio y el día de la elección, pues las campañas terminan legalmente el miércoles 27 de junio. Durante estos tres días de reposo para la mente y los oídos, se espera que el torrente informativo, demoscópico y propagandístico de las campañas se asiente y deje terreno para la reflexión de cada votante.
Durante estas semanas las coaliciones y los partidos se emplearán a fondo para atraer la simpatía, si no lo han hecho todavía, de quienes votarán el 1º de julio. Los medios de comunicación registrarán (de hecho lo vienen haciendo) hechos y dichos de las candidaturas, difundirán análisis y darán difusión a las numerosas encuestas que nos avisarán de las intenciones de voto para todas las elecciones que se juegan; las redes sociales subirán su temperatura –si cabe- y en ellas se mostrarán no sólo las opiniones de los usuarios sino también las estrategias de los partidos políticos, no faltarán memes y ocurrencias, así como profesiones de fe militante y la nata de insultos y vulgaridades que tristemente se ha instalado en la experiencia digital mexicana, y, desde luego, la ciudadanía vivirá, una parte de ella con estoicismo y otra con interés sincero, el tirón final de esta competencia democrática por el poder político que sincronizará a todo el país en una sola jornada.
El ritmo del trabajo de las autoridades electorales, federales y locales, no hará más que crecer; los tribunales electorales –los locales y el federal- resolverán sobre la conflictividad que venga sobre la marcha y se prepararán para un posible aumento del trabajo y la presión tras el día de la elección, y las autoridades políticas deberán extremar el equilibrio de la vida social y las condiciones de mínima tranquilidad que son necesarias para que la democracia funcione.
El INE, en particular, dará un giro más en ese frenesí programado de tareas que le impone el calendario electoral: entre otras muchas, deberá terminar la capacitación, designar mesas directivas de casilla y distribuir los materiales electorales. Junto con ello, deberá resolver cosas tan curiosas como la vestimenta de los candidatos del tercer debate presidencial.
Y, sin embargo, esta ruta crítica que desemboca en la jornada electoral del 1º de julio no es el final de proceso. El 30 de junio se cerrará la preparación de la elección, que ha sido la primera etapa; la jornada electoral constituirá en sí misma la segunda etapa del proceso; los resultados y declaraciones de validez de las elecciones darán contenido a la tercera etapa y, finalmente, el dictamen y declaraciones de validez de la elección y de presidente electo constituirán la cuarta etapa. Tenemos, pues, todavía un largo camino por recorrer.
El tercer debate, el final
El martes 14 de junio a las 21:00 horas (hora del Centro de México) se llevará a cabo el tercer debate entre los candidatos a la presidencia de la República. En esta ocasión la sede será el Gran Museo del Mundo Maya de la pujante ciudad de Mérida, Yucatán.
Se trata del último de los tres debates organizados por el INE para este proceso electoral y serán tres los temas centrales de la discusión: 1) Crecimiento económico, pobreza y desigualdad; 2) Educación, ciencia y tecnología, y 3) Salud; desarrollo sustentable y cambio climático. Aunque es probable que los candidatos no abarquen con sus argumentos y respuestas un campo temático tan amplio –sobre todo porque al ser el último debate las rispideces personales serán abundantes- será interesante conocer la defensa que cada uno de ellos haga de su agenda de cuestiones sociales, que es la que se discute en esta ocasión.
La moderación del encuentro estará a cargo de tres experimentados periodistas: Leonardo Curzio, Carlos Puig y Gabriela Warkentin. Conocida la calidad de los tres, se prevé una buena dinámica en el diálogo convocado.
Desde hace días, se aplica por el INE una metodología para recabar las 12 preguntas de la ciudadanía que serán planteadas a los candidatos. Estas se habrán obtenido de las 11 mil 388 propuestas que llegaron por Twitter y Facebook a la Comisión Temporal de Debates del INE.
Durante el debate, cada candidato dispondrá de dos minutos y medio para hacer propuestas y no podrá hacer participaciones de más de un minuto de duración. Aunque el orden de los moderadores se sorteará antes de iniciar el debate, el orden de los candidatos ya se definió: en esta ocasión Ricardo Anaya abrirá y cerrará el debate, mientras que los restantes candidatos abrirán respectivamente cada una de las secciones.
Los candidatos dialogarán en una mesa redonda y no podrán levantarse de la misma ni hacer acercamientos físicos entre ellos. La autoridad electoral ha tenido que buscar el acuerdo incluso en lo relativo a la vestimenta de los debatientes, quienes no usarán la tradicional guayabera típica del Sureste mexicano y aparecerán con traje.
El debate es muy esperado. Se transmitirá por televisión abierta e Internet. También habrá transmisión directa en Multimedios, Milenio Televisión, Imagen Televisión y otros 797 medios de comunicación electrónica, entre los que destacan el Canal Once, TV UNAM y el Canal del Congreso. Como ya suele suceder, el INE lo transmitirá en vivo para las redes sociales: Facebook, Twitter, Periscope y YouTube.
Después de este encuentro, ya no volverán a estar juntos estos contendientes en ningún acto electoral. Es una gran oportunidad para informarnos acerca de lo que planean y lo que prometen quienes pueden ocupar la próxima presidencia de México.
La violencia envolvente
El fenómeno de la violencia en México, derivado fundamentalmente de las acciones de los grupos de crimen organizado, se ha hecho tan presente en el país que no existe esfera de la vida social que no haya sido afectada por este.
El proceso electoral no es la excepción. Al ser la violencia un fenómeno envolvente, y al desplegarse las campañas y la organización electoral desde el tejido mismo de la vida social –las y los candidatos actúan en sus distritos comunidades, mientras que las y los capacitadores electorales circulan por calles, caminos y viviendas-, quienes realizan actividades electorales están en riesgo constante de ser afectados.
En sólo unas cuantas horas, han sido asesinatos dos personas vinculadas directamente al proceso electoral federal.
El miércoles 6 de junio fue asesinado a balazos Jesús Antonio Alarcón Medina, de 57 años de edad, capacitador electoral adscrito al Distrito 03, con cabecera en Guamúchil, Sinaloa. De acuerdo con la información que proporcionó el INE, Jesús Antonio había realizado ese día labores de capacitación electoral en las sindicaturas de Surutato y Santa Rita de la Sierra de Badiraguato, y al terminar sus labores como capacitador fue llevado en una motocicleta de regreso a su domicilio. El conductor, de nombre Pedro Alonso Medina, y el pasajero del vehículo aparecieron muertos a balazos poco después en el municipio de Salvador Alvarado.
El 8 de junio, Fernando Purón Johnston, ex alcalde de Piedras Negras y candidato del PRI a diputado federal por el distrito 1 de Coahuila, fue asesinado a balazos luego de asistir a un debate entre candidatos celebrado en un auditorio de la Universidad Autónoma de Coahuila. El asesino esperó al candidato unos minutos fuera del lugar y luego le disparó dos tiros; enseguida huyó en una motocicleta auxiliado por un cómplice.
Aunque Purón Johnston es el primer candidato a un cargo federal asesinado en este proceso electoral, con su muerte se alcanza la suma de 41 personas asesinadas entre aspirantes y candidatos a puestos de elección popular en las elecciones concurrentes de este año.
La violencia criminal ya está en nuestras elecciones y mal se haría en negar este peligro que acecha a la más grande de nuestras prácticas democráticas. Con toda razón, el INE ha reprobado esos crímenes y ha exigido a las autoridades municipales, estatales y federales cumplir su obligación de garantizar seguridad tanto a quienes organizan las elecciones como a quienes compiten en ellas.
También, por desgracia, estas elecciones prometen recordarse por la violencia que las amenaza.
Cómo votar por presidente sin equivocarse
El ejercicio del voto, es decir, el depósito de las boletas de cada votante en las urnas de las distintas elecciones que se realizarán el 1º de julio no es una ciencia, pero sí requiere información y atención para no equivocarse.
El INE ya ha difundido información para orientar a la ciudadanía para que pueda ejercer su sufragio sin errores y, sobre todo, para que lo que asiente en su voto sea la expresión de su genuina intención de apoyo electoral.
En el caso de la elección presidencial, las formas posibles de voto válido son las siguientes: 1) para elegir a un candidato de alguna de las coaliciones registradas, el voto será válido cuando se marque uno, dos o el total de los partidos que en cada caso lo postulan. De este modo, si se quiere votar a favor de Ricardo Anaya, se puede seleccionar la casilla de cualquier partido de la coalición Por México al Frente como el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) o Movimiento Ciudadano (MC), o bien, marcar una combinación de dos o tres de estos partidos. Para votar por José Antonio Meade, se puede marcar uno, dos o los tres recuadros de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PANAL), que integran la coalición Todos por México. Si la preferencia es por Andrés Manuel López Obrador, entonces habrá que cruzar la casilla de cualquier partido de la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES). 2) También será valido el voto que se ejerza a favor del candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco” (que con esta denominación coloquial aparecerá en la boleta. 3) También serán válidos (aunque en el conteo no se reflejarán los nombres o lemas allí insertados) los votos por una “Candidatura no registrada”. 4) Las boletas que sean marcadas por completo con alguna palabra –nombre propio, apodo o acrónimo- que identifique de manera clara a una de las candidaturas (“Anaya”, “Mead”, “AMLO”, por ejemplo) también serán considerados válidas. 5) Finalmente, si bien el Tribunal Electoral ha sentenciado que serán nulos los votos depositados a favor de Margarita Zavala, quien ha renunciado formalmente a la candidatura, los mismos se tomarán como válidos si marcan con claridad el recuadro o recuadros de otra candidatura vigente.
El casos de votos no válidos se explican como desviaciones, errores o rechazo respecto de la lista anterior. Se anularán los votos en los siguientes casos: 1) Cuando se marquen dos o más recuadros de partidos no coaligados (por ejemplo, un voto por el PRI, el PRD y Morena no será válido). 2) Cuando se deje la boleta en blanco, tanto en sus recuadros como en su extensión total; 3) Cuando se marque toda la boleta con algún signo o expresión que no corresponda con claridad a las candidaturas registradas; 4) Cuando se marquen los recuadros del candidato independiente Rodríguez Calderón y uno o más de los recuadros de las candidaturas registradas. 5) Finalmente, como se ha dicho, se tomarán como nulos los votos emitidos sólo a favor de Margarita Zavala, aun cuando su nombre –por cuestiones de tiempo- aparecerá en la boleta electoral.
Como puede notarse, las autoridades electorales han potenciado las posibilidades del voto válido y minimizado las de la anulación. De todos modos, toca a la ciudadanía estar atenta para que la emisión de su sufragio recaiga en la opción que prefiere.
Cómo votar correctamente donde no hay coaliciones
Decíamos en nuestra entrega anterior que la forma de votar en las elecciones federales del 1º de julio no constituye una ciencia, pero que requiere atención y cuidado. Y sobre todo seguir las instrucciones de llenado de las boletas. Si bien la elección presidencial es la que más llama la atención y respecto de la cual el electorado llegará a las urnas más informado y preparado, hay otras elecciones que exigen mucho tiento para no anular involuntariamente votos que se orientaban a alguna de las candidaturas.
En muchas regiones del país, las reglas para votar en los dos tipos de elecciones federales adicionales a la presidencial son prácticamente las mismas que en esta última, es decir, el voto por candidatos de las coaliciones será válido al marcar el recuadro de uno o más de los partidos coaligados.
Sin embargo, el riesgo de confusión es alto en otro tipo de boletas que no responden al esquema de las coaliciones. Los partidos políticos nacionales no competirán coaligados en numerosas diputaciones federales y senadurías (lo mismo que para gubernaturas, jefatura de gobierno de la Ciudad de México y alcaldías, aunque estos casos caen el terreno de las elecciones locales que son concurrentes).
En los casos de las elecciones federales en varios distritos y entidades federativas, el voto será anulado si la persona votante selecciona dos o tres partidos cuando los partidos no hayan sido postulados por coaliciones electorales.
Quien vote el 1º de julio deberá recordar que en los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Ciudad de México, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Tabasco y Tamaulipas, y en la diputación de Veracruz, el PRI, el PVEM, y el PANAL –que en la carrera presidencial sí van coaligados- no se presentan en coalición por las diputaciones federales y senadurías.
Los partidos Morena, del Trabajo y Encuentro Social no participarán en coalición en las diputaciones federales y senadurías de Hidalgo y la diputación por el distrito 3 de Nayarit.
La coalición Por México al Frente (PAN, PRD y MC) sí presentó una coalición total, por lo que sus candidaturas federales se rigen por el modelo estándar establecido por la elección presidencial.
El ejercicio del voto es un derecho personalísimo. A cada persona toca decidir el sentido de su preferencia electoral. Pero es un deber de la ciudadanía informarse sobre la manera de ejercer este derecho fundacional de la vida democrática, no sólo en cuanto al lugar en que debe depositar su voto sino también sobre la manera de hacerlo en cada caso.
Es esencial por ello que nos hagamos cargo de la información sobre el método de votación que las autoridades electorales han puesto a nuestra disposición por distintos medios.
Los horarios en los que la ciudadanía reciba la información de los resultados de las elecciones del 1º de julio, en particular de la elección presidencial, serán cruciales para garantizar la aceptabilidad del propio proceso electoral.
Considerando nuestra propia historia política, sabemos que una información lenta, retrasada o dispersa puede dar lugar a sospechas y críticas que, si bien pueden no estar fundadas, estimulan la desconfianza de buena parte de la ciudadanía respecto de las elecciones que ésta misma ha protagonizado.
La entrega de resultados electorales el mismo día, o dicho con más precisión, en la noche misma, de la elección es ya una práctica común de los sistemas democráticos en el mundo. Hace unos días, en Colombia se tuvieron resultados fiables de la segunda vuelta presidencial a una hora tan temprana como las 6 de la tarde, si bien las urnas habían cerrado a las 16 horas. En México, sin embargo, conspira contra la prontitud no sólo la concurrencia de elecciones sino también la complejidad misma del proceso y la hiperregulación legal que impide flexibilizar la liberación de resultados muestrales o provisionales.
Por ello, es importante que el Instituto Nacional Electoral haya confirmado que su Consejero Presidente, Lorenzo Córdova, dará a conocer los primeros resultados de la elección presidencial del 1º de julio hacia las 23 horas de ese mismo día.
Este resultado, que no es el definitivo –éste se dará una vez calificada la elección- pero que es altamente confiable y está previsto por la ley, provendrá de un conteo rápido que ha sido diseñado por un grupos independiente de expertos académicos. La autoridad electoral tendrá que trabajar a toda prisa, pues está previsto que apenas se cierren las casillas y se avance en los conteos, se hará un calculo de resultados porcentuales sobre la base de una muestra estadísticamente representativa de las cifras de la elección presidencial que se asientan en los cuadernillos de escrutinio y cómputo. No se trata de una encuesta, sino de una proyección estadística basada en datos reales que constituyen una muestra representativa del universo de la votación total.
La autoridad electoral se ha comprometido a ofrecer esta información aun si los resultados son muy cerrados y no se pudiera a esa hora declarar a algún candidato como ganador.
Por su parte, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que registra y digitaliza las actas de escrutinio y cómputo de las 157 mil casillas del país, dará inicio a las 8 de la noche del 1º de julio y concluirá a las 8 de la noche del lunes 2 de julio. Se espera que a partir las 11 de la noche se pueda acceder a las cifras efectivas de las votaciones que se irán acumulando y que para las 8 de la mañana del 2 de julio se cuente con un 82% de la votación total y, por tanto, con una certidumbre aun mayor sobre los resultados.
El Conteo rápido y el PREP guardan una relación de complementariedad. Mientras que el primero reflejará las tendencias de la votación sobre una base muestral, el segundo dará cuenta del proceso de agregación de los resultados totales asentados en las actas de escrutinio y cómputo.
Al final, entre el 4 y el 7 de julio, se realizarán los cómputos distritales, que sumarán las cifras de las actas de cada distrito para todas las elecciones realizadas y harán conteos directos de votos allí cuando se den las condiciones que establece la ley. De este modo, el 8 de julio se dispondrá de los cómputos finales de todas las elecciones realizadas. Salvo modificaciones del Tribunal Electoral, de aquí provendrán las cifras definitivas de las elecciones federales.
Tanto como tenemos el derecho de ejercer nuestro voto a favor de alguna de las candidaturas que se nos presentan, también lo tenemos de anular el voto como forma de expresar un testimonio de rechazo. El voto nulo, pese a que se trata de un voto negativo, es también una forma legítima de que las y los votantes puedan ejercer su opinión mediante el sufragio.
La corriente de opinión que fomenta el voto nulo se ha llamado anulismo, y en México ya ha tenido su expresión en procesos como las elecciones federales de 2015. En el actual proceso 2017-2018, el anulismo ha prácticamente desaparecido como discurso público. No se ha registrado en esta ocasión una corriente de opinión que aconseje expresar rechazo contra la llamada “clase política” y los partidos que la constituyen mediante la anulación voluntaria y evidente de las boletas electorales. Por ello mismo, es previsible que el anulismo voluntario y programático prácticamente no aparezca.
El anulismo programático, es decir, la decisión de anular el voto como forma de protesta, enfrenta siempre un problema de fondo, a saber, su invisibilidad estadística. Al menos en el caso mexicano, los votos nulos no se registran en las actas electorales con base en la razón que los nulifica, sino que se contabilizan de manera indiferenciada, por lo que a la postre pueden ser entendidos como resultado de un incorrecto marcado o cruzado de la boleta electoral. En este sentido, más allá de las razones meditadas, pertinentes o no, de quienes anulan su voto, su dilema consiste en que en la sumatoria de cada sufragio nadie fuera de quien lo emite podrá enterarse del sentido que estuvo detrás de la anulación.
Existe, desde luego, una forma de anulismo involuntario, que provendría del incorrecto cruzado o marcado de las boletas. Para las elecciones de este 1º de julio, tanto el INE como el Tribunal Electoral han pugnado por ampliar al máximo las posibilidades de los votos válidos, bajo la idea de que no serán anulados incluso los votos que en una lectura literal de la legislación electoral serían rechazados –como, por ejemplo, los nombres o sobrenombres de candidatos escritos sobre el total de la boleta-. Aun así, las y los votantes que no deseen que sus votos se anulen por errores, deberán seguir las instrucciones de votación que han sido difundidas ampliamente por las autoridades electorales.
Existe una figura electoral similar a la anterior aunque válida. Se trata de los votos emitidos por una candidatura no registrada. En el recuadro de la boleta que corresponde a esta figura, se puede inscribir el nombre de una candidatura de la preferencia de quien vota. Aunque este tipo de voto no se anula y cuenta como válido, la denominación registrada no pasa a las actas de la elección, por lo que al final tampoco se podrá saber a favor de quien se votó, lo que hace que esta forma de voto, por su oscuridad, resulte algo parecido a los votos nulos.
Las elecciones de este 1º de julio estarán sujetas a diversas formas de escrutinio. Desde luego, en las casillas serán las y los ciudadanos convertidos en funcionariado electoral, en general nuestros vecinos, quienes vigilarán que los comicios marchen en forma debida. También los partidos políticos destacarán a un gran número de representantes para que desde las casillas atestigüen el cumplimiento de la legalidad electoral. Además, las autoridades formales, tanto las de seguridad pública en general como las especializadas en materia electoral estarán al cuidado de que no se violente la legalidad durante esta jornada.
Junto con esta batería de controles, puede destacarse otro mecanismo de vigilancia y evaluación del proceso comicial. Se trata de la observación electoral, que se constituye como resultado de una larga tradición internacional de vigilancia y evaluación por parte de observadores extranjeros. Estos visitantes, a la postre de la jornada y el proceso electorales, expresarán su opinión sobre la calidad de los comicios mexicanos. Su opinión es importante, porque funciona como una mirada independiente y muchas veces objetiva que permite una evaluación crítica de nuestras instituciones, procedimientos y prácticas electorales.
En esta ocasión, el INE recibió la documentación de 932 solicitantes de acreditación como observadoras y observadores electorales. De estos, 907 personas cumplieron con los requisitos establecidos y recibieron la acreditación respectiva. Por género, 348 son mujeres (38.4%) y 559 son hombres (61.6%). Un número de 10 solicitudes se rechazaron por tratarse de personas nacionales mexicanas y 15 se rechazaron por no haber entregado los requisitos en el tiempo y la forma establecidos por el Acuerdo del Consejo General INE/CG382/2017, que es el instrumento legal que rige esta experiencia de observación.
Los 907 observadores electorales superan en número a los 401 acreditados en 2015, a los 696 acreditados en 2012, a los 424 acreditados en 2009, a los 693 acreditados de 2006, a los 180 acreditados de 2003 y, por no mucho, a los 860 acreditados del año 2000. Como puede notarse sólo por la revisión y contraste de las cifras, el interés de los visitantes extranjeros que hacen observación electoral es mayor cuando se experimenta una elección con rasgos históricos, como lo fue la de 2000 –cuando se dio la primera alternancia presidencial en más de 70 años en México- y lo es la de 2018, que ha resultado la más grande de la historia de México.
Para que cumpla sus propósitos de evaluación y crítica constructiva, la observación debe ser lo más sistemática e informada posible. Dado que es muy difícil que alguien pueda hacerse un juicio completo e informado de un proceso tan complejo sólo por la experiencia personal de observación en algunas casillas o mediante algunas entrevistas, las mejoras prácticas de observación provienen de estudios sistemáticos que revisan todas las fases del proceso electoral y privilegian el análisis multifactorial por encima de la experiencia personal y subjetiva.
Esperemos que en esta ocasión las evaluaciones de las y los observadores electorales sirvan para señalar las tareas que se han cumplido de manera adecuada, pero también, y sobre todo, las asignaturas pendientes de nuestra experiencia electoral; porque esa crítica constructiva es lo que se espera de una buena observación internacional de nuestras elecciones.
Este miércoles 27 de junio se cerraron formalmente las campañas electorales. Todas las candidaturas en juego -de los niveles de gobierno federal, estatal y municipal, y de los poderes ejecutivos y legislativos- han puesto punto final a su esfuerzo público por hacerse con el apoyo electoral de la ciudadanía.
Aunque en realidad desde el fin de semana del 23 y 24 de junio ya pudimos atestiguar actos múltiples de cierre de campaña en toda la geografía nacional, los eventos más importantes de cierre han sido los de los candidatos presidenciales. En ellos se emitieron los últimos discursos públicos de estos aspirantes a la presidencia y se sintetizaron sus aspiraciones y proyectos. Ricardo Anaya, candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, integrada por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, cerró su campaña en la ciudad de León, Guanajuato. Durante un acto multitudinario, hizo un llamado directo y expreso al voto útil de la ciudadanía no militante o seguidora de otros partidos con el propósito de derrotar al candidato que las encuestas dan como puntero, Andrés Manuel López Obrador.
José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México, integrada por los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista de México y Alianza Social, efectúo su cierre en la ciudad de Saltillo, Coahuila. Allí, en el marco de un acto con numerosos asistentes, llamó a un ejercicio de profunda reflexión de quienes votarán el 1º de julio, señalando que es el único candidato que garantiza la estabilidad y desarrollo del país. Agregó que los días de veda electoral deberán ser un periodo de activación electoral para los militantes de su partido y de invitación a otros electores a apoyarlo y votar por su candidatura.
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional, del Trabajo y Encuentro Social, realizó su cierre de campaña en el Estadio Azteca de la Ciudad de México, en un acto que se denominó AMLO-FEST. Allí expresó que tiene la ambición de ser un gran presidente de México, a la altura de grandes figuras presidenciales de la historia y prometió que, de ganar la presidencia, dirigiría una profunda transformación del país.
Finalmente, el candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, realizó un cierre de campaña por medio de las redes sociales, señalando que lo hizo así por no querer gastar en actividades costosas y que requieren “acarreados”. Su intervención fue acompañada por la actriz y cantante Lolita Cortés.
Tras estos eventos, corre el periodo de veda electoral o reflexión ciudadana, durante los cuales quedan prohibidas las apariciones públicas de los candidatos y los actos de campaña partidistas. Es la oportunidad para que la ciudadanía evalúe la información que ha recibido durante las precampañas y campañas electorales y pueda decantar su voto del 1º de julio.
El 1º de julio, día de la jornada electoral, la ciudadanía recibirá distintas piezas de información sobre la jornada electoral. Aunque ya antes hemos comentado que el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, se dirigirá a la ciudadanía alrededor de las 23 horas para ofrecer las tendencias de voto registradas en el ejercicio de Conteo Rápido, lo cierto es que desde antes, al menos desde las 20 horas, empezarán a circular estimaciones provenientes de otro ejercicio demoscópico: las encuestas de salida.
Estas encuestas, conocidas con frecuencia por su nombre en inglés, “exit polls” en el lenguaje electoral, son cálculos de tendencias del voto que se basan en encuestas a votantes que salen del ejercicio de su voto en distintas casillas del país que son tomadas como muestra. Las empresas que las llevan a cabo deberán estar autorizadas por la autoridad electoral (según el artículo 251 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales) y no podrán exhibir ningún resultado antes de las 20 horas, horario del Centro de México, que es la hora en que también estarán cerrado las casillas de los estados del Occidente. Debe remarcarse que el margen de error de estos ejercicios puede ser muy alto, más allá de la seriedad con la que se diseñe la muestra, pues se basan en la pregunta directa a los votantes por la orientación de su voto. Pueden jugar en contra de su certeza la negativa a contestar de las personas entrevistadas o bien la iniciativa de hacerlo, así como la posibilidad de disfrazar o mentir sobre el sentido del voto emitido.
Por ello, el INE no validará ninguna encuesta de salida. Como ya hemos dicho antes, el ejercicio muestral al que se concederá confianza será el del Conteo Rápido. En este caso, se constituirá una muestra de resultados de nueve mil 923 casillas en las votaciones de Presidencia, 8 gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México; de tal modo que se dispondrá de 10 estimaciones de conteo rápido. Esta muestra no depende de lo que quiera declarar la ciudadanía entrevistada, sino del registro de votos asentados en los cuadernillos de operaciones de esas casillas seleccionadas y que serán comunicados por vía telefónica al Comité Técnico Asesor para el Conteo Rápido (Cotecora) del INE. El Cotecora generará la estimación de tendencias de voto, misma que será comunicada a la ciudadanía por el Consejero Presidente del INE. Se prevé que el margen de error de este ejercicio no sea mayor de 0.5%.
A partir de las 20 horas del 1º de julio y durante 24 horas, funcionará el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). En este registro se acumularán los resultados de cada casilla electoral. En este caso no hay tendencias, sino acumulación de datos. Se prevé que hacia las 8 horas del lunes 2 de julio se cuente con una acumulación suficiente de resultados del PREP para conocer resultados verosímiles de la elección.
Los resultados oficiales, no obstante, sólo provendrán de los cómputos distritales, que se inician el miércoles 4 de julio y que concluirán cuando no hayan información por desahogar. Salvo resoluciones judiciales, de estos cómputos provendrán los resultados definitivos, con efectos legales, de nuestro proceso electoral 2017-2018.